No es este trabajo una mera unión de cuadros con poemas para que su supuesta belleza se justifique de una manera azarosa, aquí cada composición ha sido trabajada conjuntamente, y se nota. Los poemas de Raméntol no están directamente ilustrados por las telas de Rueda, eso tampoco, y los cuadros del pintor, tampoco están explicados o narrados por los versos de la poeta. Olvídense de comprender con el intelecto, esto va de otra cosa. Aquí se trata de entrar en los colores, de dejarse arrastrar por la luz, al mismo tiempo que por las figuras exuberantes de Marian. Se trata de que colores y versos sean la misma cosa, de que texturas y letras se confundan.
Cesc Fortuny
(Extracto de su reseña a la exposición "En un infinito demasiado corto" que comprende parte de los cuadro-poemas de este libro y que puede visitarse en La Náusea Laboratorium. La reseña completa puede leerse en la bitácora de Cesc Fortuny.
Ambos artistas se conocieron en las redes allá por el 2005, desde entonces no han cesado de colaborar pintando versos y versando cuadros. Sus paisajes, tanto pictóricos como poéticos exploran entre otras cromas, la amplitud de los azules y un milagroso espectro de posibilidades tanto líquidas como orgánicas, musicales, espaciales e incluso fúnebres. Entre bambalinas, ambos conspiran para deslumbrar a la luz y sorprender a las sombras.
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